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sábado, 30 de abril de 2011

Padre padrone - Paolo e Vittorio Taviani (1977)


TÍTULO Padre padrone
AÑO 1977 
SUBTITULOS Si (Incrustados)
DURACIÓN 117 min.
DIRECTOR Paolo Taviani, Vittorio Taviani
GUIÓN Paolo Taviani, Vittorio Taviani
MÚSICA Egisto Macchi
FOTOGRAFÍA Mario Masini
REPARTO Omero Antonutti, Saverio Marconi, Fabrizio Forte, Marcella Michelangeli, Stanko Molnar, Marino Cenna, Nanni Moretti
PRODUCTORA Cinema S.R.L. / R.A.I.
PREMIOS
1977: Cannes: Palma de Oro
GÉNERO Drama

SINOPSIS Narra la historia de un niño campesino con un padre tan tiránico y autoritario que le impide ir a la escuela o tener amigos. (FILMAFFINITY)


La historia
Padre Padrone se basa en el relato autobiográfico de Gavino Ledda, en la que un joven pastor se libera de la tiranía de su padre que lo arrancó de la escuela, hasta llegar a lingüista y escritor. La película, siguiendo la autobiografía de Ledda, presenta al hijo como objeto, posesión del padre y la relación padre-maestro/hijo-esclavo. «Tu no eres el patrón de nadie», le dice furioso Gavino al padre.
Hay en la película un terrible secuencia en que se muestra al padre entrando furioso en el aula de su hijo y llevándoselo a la fuerza a la montaña para convertirlo en pastor. Es un padre brutal que aterroriza a los otros niños de la clase y al profesor. A los otros niños les dijo: «Hoy le ha tocado a Gavino, mañana os tocará a vosotros».
Con 18 años Gavino dejó a su familia y el campo y se enroló en el ejército. Allí estudió y se licenció como sargento experto en electrónica. En 1961 consiguió terminar la enseñanza media, y entró en la universidad de Roma. Hoy día es uno de las grandes lingüistas italianos, autor de numerosos textos.
[La grandeza de esta película pasa porque el personaje del padre, lo más parecido que se puede encontrar a la figura del oikos despot (padre déspota) de la antigüedad griega, está absolutamente consciente de que no es lo óptimo privar a su hijo de la educación para enviarlo a cuidar ovejas «quieren que entreguemos a nuestros hijos a la escuela obligatoria cuando la pobreza es la obligatoria»]. (Juan Pablo Vilches)

Lenguaje del libro, lenguaje de la película
«Cuando leímos el libro de Gavino Ledda, sentimos una especie de estremecimiento. Por su fuerza de impacto y su poder de emoción, estaba encerrado en su forma literaria, en su lenguaje. Nos sentíamos casi excluidos de él. Para transponerlo al cine era necesario destruirlo. Puesto que pensábamos que el lenguaje no es lo que de él dicen las escuelas idealistas, un hecho formal externo; sino que el lenguaje es un modo de ser y estar (un hombre) con los otros. Si, entonces, el lenguaje compromete toda la responsabilidad del autor, nuestra película sólo podía ser el resultado del choque de la personalidad de Gavino Ledda y la nuestra, justamente en la forma de su lenguaje. Se trataba, por tanto, de destruir el libro y de recomponerlo. De descomponerlo en otros tantos materiales, de insertar materiales propios en los del libro y de recomponerlo todo en nuestro lenguaje audiovisual. De hecho, pienso que nuestro film es la ilustración de este choque entre Gavino Ledda, autor literario y pastor, y nosotros, autores cinematográficos y no-pastores, digamos, intelectuales continentales.
Para describir las cosas con más detalle, basta con comparar las estructuras específicas del relato literario y del relato cinematográfico. El libro sigue un paso cronológico, anecdótico, lineal y horizontal. La película, por el contrario, intenta una estructura muy sintética, muy condensada en unas pocas secuencias: en consecuencia, una estructura muy distinta a la del libro. Además, el film introduce personajes y situaciones que no aparecen en el libro. La madre, por ejemplo, no existía en el libro».
«Du silence á la parole» en: Cinéma 77, N° 224-225, agosto-septiembre 1977.
Los mismos Taviani, en una entrevista publicada en la revista Ecran Nº 62, de octubre de 1977, dicen: «Antes de leer su libro, nos pareció muy extraño que aquel hombre hubiera elegido, como instrumento para su liberación, la palabra, la comunicación. Y lo vivimos como algo muy cercano, porque también nosotros nos dedicamos a la comunicación, aunque con otro tipo de lenguaje. En cierto modo, su autobiografía era la nuestra»


Prólogo y epílogo
El film está enmarcado por un prólogo y un epílogo en los que aparece Gavino Ledda, el autor real de la novela. Las dos secuencias se realizan fuera de escena, conectados al relato  de forma documental.
En el prólogo, una voz en off introduce, mientras Gavino pela una rama con su navaja: «Él es Gavino Ledda, treinta y cinco años. Hasta los dieciocho fue pastor analfabeto, hoy es lingüista y autor de un exitoso libro. El libro en el que este film se inspira libremente».
A continuación, Gavino avanza hacia el decorado donde el actor que interpreta al padre está a punto de hacer su entrada y, dándole la rama pelada, le dice: «Toma, mi padre también tenía esto». De pronto, lo que estaba filmado de forma documental se convierte en representación. El actor que interpreta al padre de Gavino atraviesa la puerta del decorado que conduce al aula de clase y exige a la maestra que le dé a su hijo porque tiene que cuidar a las ovejas.

Educación: de la violencia a las palabras
La educación es pasar de la violencia a las palabras. Esto es lo que pasa en el film a partir de la educación. Gavino pasó toda su infancia en el monte, sin palabras. Es importante recordar aquella escena en la que Gavino vuelve a su pueblo, sabiendo ya leer y escribir, y se enfrenta a su Padre en la calle. El padre ya no podrá pegarle. Y si bien el hijo volverá a trabajar con él para seguir estudiando en Cerdeña, la relación ya no será la misma.
Sin embargo, el final del film deja una pregunta abierta. El propio escritor Gavino Ledda, de regreso en su pueblo para escribir su historia, aparece y dice: «Quizás sólo un cálculo egoísta me retiene aquí, el miedo a que lejos de mi cueva, de mi gente, vuelva a enmudecer, como cuando estaba en el redil...»
http://www.uhu.es/cine.educacion/cineyeducacion/temaspadrone.htm

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