TÍTULO La stella che non c’è
AÑO 2006
IDIOMA Italiano
SUBTITULOS Si (Separados)
DURACIÓN 103 min.
DIRECTOR Gianni Amelio
GUIÓN Gianni Amelio, Umberto Contarello (Novela: Ermanno Rea)
MÚSICA Franco Piersanti
FOTOGRAFÍA Luca Bigazzi
REPARTO Sergio Castellitto, Ling Tai, Angelo Costabile, Hiu Sun Ha, Biao Wang, Catherine Sng
PRODUCTORA Coproducción Italia-Francia-Suiza-Singapur
GÉNERO Drama
SINOPSIS Historia de la división de culturas y puntos de vista entre Oriente y Occidente a través de la historia de Vincenzo, un ingeniero italiano que se ve de repente en un viaje que le cambia la vida... (FILMAFFINITY)
Enlaces de descarga (Cortados con HJ Split)
http://www.mediafire.com/?y34h7kbh2imvj5h
http://www.mediafire.com/?kodmlte62hmee9t
http://www.mediafire.com/?gu436m57tpf9onq
http://www.mediafire.com/?9hi3n6fpy87w508
http://www.mediafire.com/?dhz1k6jo94q7xxd
http://www.mediafire.com/?71yh3hj178oi6go
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Subtìtulos
http://www.mediafire.com/?32w0e9p3tli0f09
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El capitalismo globalizado implica miles de transacciones diarias entre sujetos que nunca se conocerán, ubicados en las antípodas del planeta e inmersos cada uno en sus propias culturas. El teléfono que está utilizando un empresario en México puede haber sido producido en Finlandia, con componentes chinos. Sin embargo, es muy poco probable que el operario asiático que comenzó a desarrollar el dispositivo se entere qué fue de su trabajo cuando llegó a tierras nórdicas, y es todavía mucho menos factible que sepa que el fruto de su trabajo está siendo utilizado en territorio mexicano.
Lo atractivo de La stella che non c”è (La estrella ausente), la película dirigida por Gianni Amelio, es que le pone rostros y nombres propios a personas muy diferentes que se vinculan por medio de la economía internacional. No solo eso, sino que además implica componentes éticos y morales, como el sentido de la responsabilidad que lo lleva al ingeniero italiano Vicenzo Buonavolontà (interpretado por Sergio Castellito) a iniciar una compleja búsqueda en China.
El argumento, inspirado en una novela de Ermanno Rea llamada “La dismissione”, muestra el viaje de Vicenzo a Shangai, luego de que la empresa donde trabaja exportara una máquina defectuosa que puede ser peligrosa para quienes la usen. Preocupado por las posibles consecuencias de dicho error, el ingeniero italiano llega a China para reparar el problema. Claro que en el gigante asiático se siente perdido y desconcertado, y las cosas no resultan tan fáciles. Hasta que conoce a la joven Liu Hua (Tai Ling), una estudiante china que habla italiano a la perfección y que comienza a actuar como su intérprete.
La relación entre Vicenzo y Liu Hua se intensifica y el viaje profesional pronto pasa a ser una experiencia personal. La joven estudiante le confiesa al italiano un oscuro secreto de su pasado, algo que los acerca aún más.
La reseña de Francesco Troiano en la RAI International Online reflexiona sobre la actitud del ingeniero. “La mirada del protagonista sobre lugares, personas y acontecimientos es la de una persona en busca de cosas perdidas: el orgullo del trabajo bien hecho, la dignidad del oficio del obrero, el valor de las relaciones humanas”, enumera Troiano.
En las notas de producción que cita LaHiguera.net, el director confiesa que “probablemente, la vida de Vicenzo está basada en unos valores anticuados y pasados de moda para un mundo como el nuestro”. Amelio explica que, gracias a su encuentro con la joven intérprete, el ingeniero vive “una travesía que lo liberará y lo consolará”.
Vargtimmen, en FilmAffinity.com, asegura que el filme “consigue mostrar un mosaico fascinante de personas en plena simbiosis con el entorno en el que les ha tocado vivir”. Para este usuario, el cineasta logra embarcar a los espectadores en “viajes de auténtico y hermoso cine”.
http://www.pochoclos.com/estrenos/la-estrella-ausente-la-stella-che-non-ce
Lo atractivo de La stella che non c”è (La estrella ausente), la película dirigida por Gianni Amelio, es que le pone rostros y nombres propios a personas muy diferentes que se vinculan por medio de la economía internacional. No solo eso, sino que además implica componentes éticos y morales, como el sentido de la responsabilidad que lo lleva al ingeniero italiano Vicenzo Buonavolontà (interpretado por Sergio Castellito) a iniciar una compleja búsqueda en China.
El argumento, inspirado en una novela de Ermanno Rea llamada “La dismissione”, muestra el viaje de Vicenzo a Shangai, luego de que la empresa donde trabaja exportara una máquina defectuosa que puede ser peligrosa para quienes la usen. Preocupado por las posibles consecuencias de dicho error, el ingeniero italiano llega a China para reparar el problema. Claro que en el gigante asiático se siente perdido y desconcertado, y las cosas no resultan tan fáciles. Hasta que conoce a la joven Liu Hua (Tai Ling), una estudiante china que habla italiano a la perfección y que comienza a actuar como su intérprete.
La relación entre Vicenzo y Liu Hua se intensifica y el viaje profesional pronto pasa a ser una experiencia personal. La joven estudiante le confiesa al italiano un oscuro secreto de su pasado, algo que los acerca aún más.
La reseña de Francesco Troiano en la RAI International Online reflexiona sobre la actitud del ingeniero. “La mirada del protagonista sobre lugares, personas y acontecimientos es la de una persona en busca de cosas perdidas: el orgullo del trabajo bien hecho, la dignidad del oficio del obrero, el valor de las relaciones humanas”, enumera Troiano.
En las notas de producción que cita LaHiguera.net, el director confiesa que “probablemente, la vida de Vicenzo está basada en unos valores anticuados y pasados de moda para un mundo como el nuestro”. Amelio explica que, gracias a su encuentro con la joven intérprete, el ingeniero vive “una travesía que lo liberará y lo consolará”.
Vargtimmen, en FilmAffinity.com, asegura que el filme “consigue mostrar un mosaico fascinante de personas en plena simbiosis con el entorno en el que les ha tocado vivir”. Para este usuario, el cineasta logra embarcar a los espectadores en “viajes de auténtico y hermoso cine”.
http://www.pochoclos.com/estrenos/la-estrella-ausente-la-stella-che-non-ce
Il Giornale: “La stella che non c’è di Gianni Amelio è un film realizzato seriamente, con ampi mezzi e vaste ambizioni, ma col difetto d’esser superfluo fin dalla radice, cioè dal soggetto del film”, Il Riformista: “Alla fine… ne risulta un film confuso, a tratti noioso, e decisamente pretestuoso in almeno un paio di punti…”. Giudizi con cui concordo pienamente.
Presentato alla 63a Mostra Veneziana, La stella che non c’è formalmente è un film bellissimo: montaggio, colonna sonora, fotografia, inquadrature, panoramiche… non si potrebbe chiedere di meglio. Ciò che difetta è il contenuto e quello che vuole esprimere (Il Mattino scrive: “Quello che manca e gli impedisce di volare molto in alto è un contrappunto psicologico forte, una corposa traiettoria drammaturgica, un «riscatto» meno telecomandato dell’italiano-brava-gente che nel finale s’abbandona a un pianto irrefrenabile”).
Lo svolgersi dei fatti narrati è talmente assurdo e pieno di incongruenze (basterebbe una telefonata nei primi cinque minuti del film per risolvere il problema del protagonista…) che chiaramente costituisce una metafora del pensiero di Amelio, pensiero che tocca al pubblico decifrare:
Riscoperta dei valori umani? Concezione desolante e pessimistica dell’odierna società? Convinzione che avere degli ideali equivale a combattere contro i mulini a vento? Fiducia nell’uomo, nonostante tutto? I quattro valori (onestà, pazienza, giustizia e solidarietà) rappresentati dalle quattro stelle della bandiera cinese sono insufficienti? Esaltazione dello spirito d’avventura? Ritratto di un uomo che ormai non ha nulla da perdere? Affresco di una civiltà al di là della superficie? Affermazione della necessità di confrontarsi con gli altri?
Probabilmente c’è tutto questo, e altro ancora, nel film (di cui va certamente lodata l’asciuttezza e l’assenza di retorica). Un film che invita alla riflessione ma che non emoziona, non coinvolge, e gran parte della colpa va attribuita al tanto lodato Sergio Castellitto. Una bella maschera la sua, ma monocorde al massimo. A parte un paio di sorrisi e un pianto finale, per due ore ha sempre la stessa espressione, dovunque si trovi e qualunque cosa accada: e poiché del personaggio non ci viene detto nulla, noi poveri spettatori non riusciamo proprio a capire il perché di quel suo volto sempre uguale dall’inizio alla fine.
Promettente l’esordio di Tai Ling.
http://cinemaleo.wordpress.com/2009/04/14/%E2%80%9Cla-stella-che-non-c%E2%80%98e%E2%80%9D/
Presentato alla 63a Mostra Veneziana, La stella che non c’è formalmente è un film bellissimo: montaggio, colonna sonora, fotografia, inquadrature, panoramiche… non si potrebbe chiedere di meglio. Ciò che difetta è il contenuto e quello che vuole esprimere (Il Mattino scrive: “Quello che manca e gli impedisce di volare molto in alto è un contrappunto psicologico forte, una corposa traiettoria drammaturgica, un «riscatto» meno telecomandato dell’italiano-brava-gente che nel finale s’abbandona a un pianto irrefrenabile”).
Lo svolgersi dei fatti narrati è talmente assurdo e pieno di incongruenze (basterebbe una telefonata nei primi cinque minuti del film per risolvere il problema del protagonista…) che chiaramente costituisce una metafora del pensiero di Amelio, pensiero che tocca al pubblico decifrare:
Riscoperta dei valori umani? Concezione desolante e pessimistica dell’odierna società? Convinzione che avere degli ideali equivale a combattere contro i mulini a vento? Fiducia nell’uomo, nonostante tutto? I quattro valori (onestà, pazienza, giustizia e solidarietà) rappresentati dalle quattro stelle della bandiera cinese sono insufficienti? Esaltazione dello spirito d’avventura? Ritratto di un uomo che ormai non ha nulla da perdere? Affresco di una civiltà al di là della superficie? Affermazione della necessità di confrontarsi con gli altri?
Probabilmente c’è tutto questo, e altro ancora, nel film (di cui va certamente lodata l’asciuttezza e l’assenza di retorica). Un film che invita alla riflessione ma che non emoziona, non coinvolge, e gran parte della colpa va attribuita al tanto lodato Sergio Castellitto. Una bella maschera la sua, ma monocorde al massimo. A parte un paio di sorrisi e un pianto finale, per due ore ha sempre la stessa espressione, dovunque si trovi e qualunque cosa accada: e poiché del personaggio non ci viene detto nulla, noi poveri spettatori non riusciamo proprio a capire il perché di quel suo volto sempre uguale dall’inizio alla fine.
Promettente l’esordio di Tai Ling.
http://cinemaleo.wordpress.com/2009/04/14/%E2%80%9Cla-stella-che-non-c%E2%80%98e%E2%80%9D/
gracias Amarcord por esta pelicula, muy actual, por cierto estoy buscando la pelicula de venus imperial, no se si la tengas y la puedas subir. de nuevo muchas gracias.
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